Voyeur.

No había música de fondo. En la televisión del cuarto se escuchaba la narración de un partido que más adelante concluiría con un marcador empatado a uno entre los rayados de monterrey y santos laguna.

Tras el cansancio de un día de vaivén bajo el sol, por fin habían vuelto a refugiarse en casa. Él decidió recostarse a ver tv mientras ella tomaba un baño.

Tan sólo unos minutos más tarde hubo una distracción. Un breve desvío en la mirada le sacó una sonrisa al darse cuenta que la puerta del baño había quedado entreabierta, quedando uno a la vista del otro.

Ella ya estaba desnuda. El agua no dejó de caer mientras sus manos la recorrían enjabonando su cuerpo. Guardó silencio. Sólo mirarle parecía ser suficiente

-¿De verdad tengo tanta suerte?- Se preguntó.

Fue necesario hablarle para saber que estaba allí; decirle cualquier cosa, simplemente cerciorarse que era real. Así que alzó la voz para que pudiera oírle a la distancia y con más interés en su sola voz, más que en la misma respuesta le preguntó:

-¿Cómo va el partido amor...?