¿Quién lo hubiera dicho?

Me acuerdo que todos en mi salón soñabamos con que nos pagaran por ir a la escuela. Y justo un mes después de hacerme el "propósito" de chingarme a un morro mas chavito que yo me ofrecen trabajo en una universidad.

Ah!! como me quiere Diosito me cae de madres.

Y no, Dios no me ofreció nada, pero igual y algo tuvo que ver ya que la dichosa escuelita es de orientación cristiana aunque ellos prefieren que les digan "de filosofía humanista por aquello de la promoción de valores.... Ya quiero ver donde van a estar esos valores cuando pague mis vicios y desmanes con mi primer chequecito.

El dichoso cambio de trabajo obviamente tambien cambió drasticamente mi ritmo de vida. Ya que con apenas una semana de trabajo hoy estaba mandando a dos becarios a hacer unas llamadas mientras yo pasaba una información a la computadora, eso quiere decir que estaba trabajando... (Si!! trabajo de verdad!). Con mi blusita blanca y pantalones negros como uniforme a los que le agregué un cinturon negro con estoperoles y un grueso cuero negro en mi muñeca izquierda que en cualquier momento me pediran que me quite. (ira nomás!! como si estuviera en la escuela!)

Además del uniforme me estoy enseñando a fumar cigarros durante los 14 minutos (8 si le piso) de carretera que recorro ida y vuelta dos veces al día, para llegar siempre 5 minutos tarde (porque uno tiene que darse su taco) y sentirme como Blancanieves saludando a mi paso a todos los animalitos del bosque (entiendase los demás empleados colaboradores de la universidad).

Para ponerle la cereza al helado estoy viendo noticias en la mañana, aún intento convencerme que lo hago sólo por ver a Loret de Mola.

Y si por ahí un paparazzi me encontró con una taza en la mano... en mi defensa sólo puedo decir que era agua.